Desarrollado por científicos en el Colegio Imperial Londres, el aerosol se aplica de forma directa sobre la piel, sin mayores requerimientos.
La ropa "creada" con el aerosol puede reutilizarse y lavarse sin problemas, lo cual abre una posibilidad bastante curiosa para ampliar un guardarropa, o salir de un apuro.
El desarrollo fue llevado a cabo por dos científicos del Colegio Imperial Londres, el doctor español Manel Torres y el profesor Paul Luckham.
El aerosol está basado en fibras (que pueden ser de algodón o polyester) mezcladas con polímeros adicionales y un solvente que mantiene líquida esta combinación, dentro de la lata. El solvente se evapora de inmediato apenas toca la piel, mientras que la mezcla de fibras y polímeros se solidifica.
Finalizado el proceso, el contenido del aerosol se ha convertido en una prenda suave, adaptándose perfectamente a la figura de la persona. La prenda puede ser lavada y reutilizada, aunque no tenemos datos específicos sobre la durabilidad del material.